Alfredo Figueroa: “Estoy seguro que un mundo con más vantázticos es un mundo mejor”

El ex vantáztico conversó sobre los años que estuvo en Vantaz Group y detalló cómo su paso por la empresa marcó su carrera profesional, destacando el valor de las relaciones humanas y el aprendizaje en la industria minera.

Alfredo Figueroa es viñamarino, Ingeniero Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez con un MBA de la Universidad de Chile. Un profesional que ha vivido en diversas partes del mundo, como India, Argentina y Australia.  Actualmente es director en la Gerencia de Seguridad y Salud Ocupacional de la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP).

Seis de sus mejores años profesionales los compartió en Vantaz Group. De esa experiencia rescata la amistades que aún conserva, el ingreso laboral a una industria extractiva como la minería y el valor del sello vantáztico, un estilo de profesional que considera único.

¿Cómo fue tu ingreso a Vantaz Group?

Recuerdo que me entrevistaron Patrick Hall y Mauro Mezzano. Estaba en Argentina y trabajaba en otra consultora en ese minuto, una de TI. Averigüe de Vantaz, porque estaba lejos del tipo de consultoría que realizaban y no los conocía.

Mi ingreso fue bastante entretenido. En ese momento la consultora estaba en plena expansión. Conocer la oficina fue algo especial, con ese estilo libre, sin puestos asignados, que ya te hacía sentir que Vantaz era distinto. Pero el lunes ya estaba en Calama, esa fue otra sorpresa. Al final, es parte de la vida en Vantaz: entiendes que moverte es necesario cuando trabajas de cerca con los clientes.

¿Cuál fue tu mayor desafío en Vantaz?

El primer proyecto en que participé. Estuvimos varios meses en Calama, en un proyecto muy duro, que fue de mucho aprendizaje. Ese proyecto con Codelco se llamaba “Más simple”. La idea era preparar a la Gerencia de Administración y Finanzas para el paso siguiente que era Chuquicamata Subterráneo, por lo tanto había que optimizar procesos.

¿Qué cosas de las que aprendiste en la empresa te han servido ahora en ENAP?

Vantaz sabe muy bien qué tipo de profesional necesita, y creo que ahí radica una de sus claves de éxito. Los vantázticos son personas muy motivadas, comprometidas y con un estilo de trabajo altamente colaborativo. Ese fue quizás mi mayor aprendizaje: aprender a apoyarse en los colegas, pedir ayuda cuando se necesita, ofrecerla también, y ser generoso tanto con uno mismo como con los demás.

¿El paso por otra industria extractiva como la minería, te sirvió para tus trabajos posteriores?

Absolutamente. En Vantaz entré a la industria extractiva, antes trabajaba con bancos, seguros, levantamiento de procesos y gestión de proyectos, otro mundo, un mundo no industrializado. En Vantaz entré en el mundo industrial, y ahí empecé a entender los procesos industriales, los procesos operativos, las complejidades de la operación, cómo ir lidiando con la operación. Al final, minería y petróleo son como primos hermanos.

¿Por qué dices que Vantaz ha sido exitoso?

Juan Cariamo lo expresó de forma clara: “Quizás la misión de Vantaz sea crear vantázticos, ser una fábrica de vantázticos”. Creo que la clave es convertirse en una fábrica imparable; si se logra, el éxito seguirá llegando. Estoy convencido de que un mundo con más vantázticos sería un mundo mejor. En lo profesional, las empresas y las industrias necesitan personas con ese espíritu.

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